En el
Campeonato Argentino realizado esta semana en San Juan, entrevistamos al mejor
jugador argentino de todos los tiempos. Pablo Tabachnik contó que le gustaría
ir a Israel y agregó que “jugar los Juegos Olímpicos es algo increíble”. Entrá
a esta nota y entérate de toda su carrera deportiva.
¿Cómo fueron tus inicios en el tenis de mesa? ¿A
qué edad? ¿Dónde?
Fueron en San
Juan, por supuesto. Empecé en el deporte recién cumplidos los 11 años, un
tiempo antes jugaba en el negocio de mi abuelo, que era un lugar de venta de
maderas. Mi papá tenía una mesa hace un tiempo, y jugábamos ahí con los
empleados del negocio y con mi familia. De ahí fui al Club Estrella, donde se
jugó toda la vida al tenis de mesa acá en San Juan. Empecé a tomar clases
recreativas y jugué unos torneitos, me fue más o menos bien. Arranqué de
casualidad, nunca fue una idea jugar al tenis de mesa. Al año siguiente jugué
el Nacional y me fue dentro de todo bien, y de ahí ya me fui quedando.
¿Te acordás de tu primer torneo?
Sí, me acuerdo
que jugué en el Club Estrella mi primer torneo en Segunda Categoría. Después me
acuerdo de mi primer Nacional que fue en Mendoza, tengo recuerdos de los
primeros torneos y algunos de más adelante.
¿Cuándo te diste cuenta que te apasionaba el tenis
de mesa y querías dedicarte a esto?
Yo creo que a
principios del año 93, cuando yo tenía 14 años, había clasificado a mi segundo
Torneo Sudamericano, mi primero había sido en el 91, cuando yo tenía 12. Ya iba
bastante bien, pero no sabía que era más apasionado al deporte. En el 93 ya
empecé a jugar mucho más fuerte, a jugar mayores, me iba bien, empecé a viajar.
Después vino el proceso anterior a los Juegos Panamericanos en el año 94 y 95
que yo tenía 16 años, y ahí fue cuando me decidí que era esto a lo que me
quería dedicar.
Mirando hacia atrás, si tuvieras que señalar un
momento que haya sido decisivo o bisagra en tu carrera deportiva,
¿Cuál sería?
Seguramente yo
marco un punto que fue un viaje a Brasil por entrenamiento que me ayudó mucho a
cambiar las ideas, pero principalmente en el año 91 y 93 realicé entrenamientos
en Mendoza con “Quito” González. Yo creo que ahí es cuando pegué un salto muy
importante.
Con el tenis de mesa tuviste la posibilidad de
recorrer muchos lugares, tanto para competir como para entrenar. ¿En qué
países estuviste? ¿Cuáles fueron los que más te gustaron? ¿Por qué?
Estuve en
muchos lugares, en más de 30 países. Muchos de Asia y muchos de América. Me gustó mucho Singapur, me pareció muy
ordenado, muy distinto a lo que yo me imaginaba. Pero sin dudas también lugares
lindos que me han marcado a mi fueron Australia y Canadá que eran muy
similares, muy ordenados, mucha inmigración y muy divertida la gente. También
había mucha gente de distintas religiones, de distintas costumbres, un mix que
lo hace bastante divertido y entretenido. Y después obviamente me he ido muchas
veces a Cuba, me gusta mucho la gente de Cuba, siempre están de buen humor, son
muy generosos, muy divertidos, y sobre todo muy solidarios.
Tuviste la oportunidad de competir en Sidney '00,
Atenas '04 y Beijing '08. ¿Cómo es la experiencia de participar en un Juego
Olímpico?
La verdad que
es increíble, porque las ciudades se transforman, la gente se transforma, el pueblo
se transforma y porque vos sos protagonista de lo que está pasando, del evento
deportivo más importante que hay en el mundo. Lo que está muy bueno es que a
todos los deportistas nos tratan por igual, es algo mágico, único.
En la actualidad, pero no sólo ahora sino desde hace
bastante tiempo, se da la particularidad de que a pesar de la escasa población
judía en relación al total de la población del país, en el tenis de mesa
siempre suelen haber varios jugadores de la colectividad en los primeros
puestos nacionales e incluso en la selección nacional. ¿Por qué pensás
que ocurre esto? ¿Crees que existe alguna explicación en particular?
No, la verdad
que como explicación es que está el hecho de hacer deporte dentro de la Comunidad y sobre todo
el tenis de mesa, que tiene tradición, como en Hebraica en su momento. Y la
verdad que si se sigue manteniendo esto es fantástico, no es que haya una
particularidad con el tenis de mesa, sino que es en todos los deportes. Se
trabajó muy bien y hoy da sus frutos.
¿Cuánto pensás que te queda de carrera en el tenis
de mesa?
La verdad que
no se, hoy pienso en lo que viene, pienso a corto plazo. Sé que este año lo
termino jugando y que el año que viene seguramente lo empiezo jugando. No
quedarán 10 años de carrera, voy viendo cada año mis cuestiones personales, en
qué nivel estoy, etcétera.
Por Matías
Waldszan.