El ayudante de campo de la 95-96 de futsal que perdió la final con Brasil, Lucas Daich, confía a muerte en el grupo y se ilusiona con la próxima Macabeada Mundial. Además, emocionado cuenta que “viví 9 días increíbles”.
¿Qué balance haces de la actuación de tu equipo en los Panamericanos?
Sin dudas que nos quedamos con el sabor amargo del final, pero teniendo en cuenta el poco tiempo de trabajo que tuvimos, recordemos que casi no viajamos, tal como le pasó a la 93-94, fue positivo.
¿Qué cosas habría que corregir y que otras ponderás de este grupo?
Sin ninguna duda que la convivencia fue muy buena, siempre con buena onda, con chistes, se vivió un clima muy ameno a todo momento. Se disfrutó mucho y se aprovechó cada instante. El plantel fue muy bueno, sumamos jugadores que hace muchos años no jugaban futsal y se pudieron adaptar bien a la base de los de Hebraica. Creo que con más tiempo para trabajar este mismo equipo puede ser campeón en Israel.
¿Cómo te sentiste en tu rol de ayudante de campo?
Desde el primer momento me gustó el desafío. Me sentí muy bien, respetado en el grupo sin importar la poca diferencia de edad. Y realmente me sentí importante en el grupo tanto en los momentos de los partidos como en lo social con los chicos. Tanto Fafi, el DT, como los chicos me hicieron sentir muy cómodo.
¿Cómo te ves de cara a Israel 2013?
Brasil 2011-2012 fue una experiencia única, seria un sueño poder viajar a las Macabeadas Mundiales. Ojala pueda ir con algún cuerpo técnico. Habría que ver quienes son los entrenadores elegidos, pero el deseo está.
¿Te gustaría agregar algo más?
Agradecer principalmente a Fafi por darme la confianza de formar parte de su cuerpo técnico, a los jugadores de la Open que me hicieron sentir muy cómodo cerca de ellos y a mi equipo que me ha hecho vivir unos 9 días hermosos. Además, me gustaría destacar que, sin dudas, todo lo que aprendí fue gran mérito de mi técnico en Hebraica, Gabriel Kraizer.
Por Jonathan Steingard.
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