El conjunto dirigido por Nicolás Noriega llegaba al encuentro con Alvear del
miércoles por la noche con una racha de 4 derrotas al hilo y con la imperiosa
necesidad de cortarla. Pablo Pastor y Guido Mosenson no estaban a disposición
para este partido, pero sí Federico Arruguete, que reemplazó al 1 y tuvo una
enorme actuación.
Empezó mejor el equipo local de la colectividad, que con buenos toques y
combinaciones llegaba al arco visitante. Matías Edelstein pudo abrir el
marcador con un remate, pero el palo le dijo que no. Sin embargo, Gabriel
Edelstein armó una buena pared con su hermano y definió con el arco libre para
sentenciar el 1 a
0.
Con la diferencia hecha en el marcador Hebraica siguió manejando el ritmo
del juego, y tras un córner hacia atrás Miguel Guglielmo clavó un potente
derechazo cruzado para estirar la ventaja a 2 a 0. Con este tanteador finalizó la etapa
inicial con cierta tranquilidad en el local.
Pero en el complemento todo cambió, Alvear salió decidido a encontrar el
descuento, y desde el minuto inicial puso arquero-jugador. El local aguantaba,
pero no podía conseguir la tenencia de la pelota y la visita la recuperaba muy
rápido. Pero Hebraica pudo capturar un balón suelto, y Matías Edelstein casi de
arco a arco remató por arriba del portero, pero la redonda dio en el palo.
Podría haber sido el 3 a
0, pero todo cambió en un instante. Alvear encontró el descuento en la jugada
siguiente con un remate cruzado que pasó entre varias piernas y el match se puso
2 a 1. A partir de ese momento el
team de Noriega aguantó con todo y Federico Arruguete se empezó a convertir en
figura.
El 1 de Hebraica se lució en varias oportunidades y la más destacada fue a
falta de poco para el final, con una doble atajada monumental. Pero el empate
pudo haber llegado igual, tras una asistencia que dejó solo al jugador de
Alvear para el gol, pero todavía no se sabe bien de donde salió Diego Chewi,
que se barrió de atrás, le robó increíblemente la pelota y mantuvo el
resultado.
Se sufrió hasta el final, dos salvadas en los últimos segundos del partido,
y los presentes que se fueron hasta Pilar el miércoles a la noche vieron una
importante victoria que suma mucho en lo anímico. No quedan dudas, que cuanto
más se sufre, más se disfruta. Y ésta, se disfrutó en grande.
Por Jonathan Steingard.
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