En lo último del 5772, Lamroth Hakol tuvo una jornada inmejorable en Mi
Refugio. La Séptima
ganó la final de la Copa
de Plata, la Reserva
se llevó un empate y la Primera
ganó en un partido emocionante por 4
a 3 .
Lamroth Hakol terminó el año de la
mejor manera tras un fin de semana en el club Mi Refugio. La Reserva se llevó un punto
importante tras empatar 2 a
2 con goles de Martín Gluzman y Axel Rubinsztein, para los visitantes, y de Sebastián
Litvak y Alan Sawicki para los de Canning. La Séptima , campeona. Y la Primera , un partidazo.
En Primera y con un agobiante
calor, Lamroth se puso 2 a
0 con dos tantos de Alan Inwentarz, quien ya venía de convertir un doblete
contra Bami. Uno fue un golazo desde el vértice del área grande, colocándola en
un ángulo, y el otro un rebote en el área tras una jugada personal.
Los de Benavídez comenzaron mejor
y dominaron los primeros 20 minutos. Pero Mi Refugio, que bien conoce su grande
cancha, supo aprovechar los enormes espacios y descontar antes del entretiempo,
gracias a una gran jugada colectiva y un centro cruzado que encontró a Ezequiel
Reichstein en buena posición.
Los locales salieron al segundo
tiempo dispuestos a hacer sentir la localía y llevarse los tres puntos. Así fue
que consiguieron el empate a los 10 minutos del complemento con un mano a mano donde
nuevamente Ezequiel “Moneda” Reichstein definió como indica el libreto: al
segundo palo.
El partido estaba empatado y
justamente, ya que ambos conjuntos hacían lo propio. Sin embargo, de la mano de
Alexis Bezruk, tras un tiro libre desde mitad de cancha, Lamroth llegó al
tercero. El arquero no logró divisar el balón y se le coló por encima. Pero la
ventaja duró poco: fue faltando 10 minutos que el conjunto verde logró, una vez
más, igualar el marcador tras una gran habilitación para Moneda Reichstein que
pasó al arquero, selló el empate y convirtió su tercer tanto de la tarde,
hat-trick.
Todo parecía quedar en la justa
división de puntos, pero una pelota quedó en el área grande de los locales y
Alan Inwentarz ganó la posición y habilitó a Martín Bezruk, reincorporado
recientemente al conjunto de Benavidez, que selló la victoria para los
visitantes y desató la euforia del banco de suplentes. Fue así, entonces, que
Lamroth encontró un refugio en una cancha enorme que permite un buen juego.
Por Roger Dimant.
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