Pablo Oviedo, técnico
de Hebraica de la 2002 FACCMA y de la 97 LIDE, proviene del futbol de ascenso
de AFA. Se inició en inferiores de Barracas Central, siendo posteriormente
jugador de Deportivo Riestra, Atlético Lugano y UAI Urquiza coronándose en este
último equipo, campeón y logrando el ascenso a la Primera C. En una charla a
puro fútbol con Stampa, contó sus sensaciones de dirigir en FACCMA y LIDE, y su
visión de los planteles que comanda.
¿Qué cosas
aplicas, hoy en Hebraica como DT, de las que aprendiste como futbolista?
Uno aplica todo lo que vivió en la cancha y también
afuera de ella. Siempre tengo en cuenta, lo bueno y lo malo de los técnicos que
tuve, Pero por sobre todo, trato de ser lo más justo posible.
Según tu
criterio, ¿Cuál es el concepto más difícil de internalizar para un jugador de
FACCMA?
Yo creo que el esfuerzo y la dedicación cuestan. Sin
esto lo demás no sirve de nada. Uno puede saber correr y jugar pero, si no hay
sacrificio, es inútil.
Tenés un plantel
técnicamente rico y valioso en individualidades. ¿Es lo más importante o
privilegias otras cosas dentro del campo de juego?
Es muy bueno tener individualidades que hagan la
diferencia, porque en una jugada resuelven el partido. Pero, siempre, el equipo
salva al equipo.
¿Cómo ves a tus
equipos, para lo que resta del torneo?
Los veo un tanto irregular, con dificultades para
mantener aspectos muy básicos. Pero insisto, con esfuerzo, dedicación y trabajo
se resuelve todo problema que aparece en el desarrollo del partido.
Por Alberto Zaifrani.
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