Ricardo Novizky, reconocido árbitro del fútbol de FACCMA, cuenta su
impactante historia de vida luego de superar un durísimo problema de salud que
lo tuvo en terapia casi 3 meses. “Hoy puedo decir que tengo dos fechas de
cumpleaños”. Además expresó: “Doy gracias a dos por tener la familia que tengo”.
Ricky volvió al referato y tiene muchos objetivos a futuro.
¿Cómo fue volver a dirigir después del problema que tuviste?
Muy emotivo, difícil, raro. Primero
dirigí en el Mundialito de Macabi partidos clasificatorios, semifinales, y
finales. Me di cuenta que podía, que la parte comunitaria era lo mío y
disfrutaba de todo eso.
¿Cómo te sentiste en esos primeros partidos? ¿Nervioso?
Muy nervioso. No quería defraudar
a nadie, soy muy referente en ECAF y me cruzaba con infinidad de jugadores que me
preguntaban para cuando iba a volver. Mucha presión, pero disfruto ya al hacer
el bolso. Muchos recuerdos.
Contanos bien que fue lo que te paso…
Fui por un dolor de cintura a la clínica,
y ahí contraje un virus que me atacó la columna vertebral, estuve internado 2
meses, más de 15 días en terapia, las probabilidades de vida eran difíciles, estuve
con paraplejia, parálisis de pies y manos. Deciden trasladarme a la clínica Santa
Isabel, y ahí me salvan la vida. Salgo en silla de ruedas, y ahí empezó mi rehabilitación.
Es el día de hoy que tengo dos fechas de cumpleaños. Me enseñaron a caminar y a
darle otro valor a las cosas.
¿Qué objetivos te pusiste de cara a lo que se viene en esta nueva etapa
de tu vida?
Ser útil a la comunidad, valorar
las pequeñas cosas que nos pasan, devolverle a cada uno que pensó en mí, que
rezó y que me dio su palabra de aliento. Tomo el lema que de la adversidad siempre
se sale. Vivir el presente, porque el pasado ya fue y el futuro nadie lo tiene
comprado.
¿Qué te gustaría dirigir ahora?
El fútbol de FACCMA, sábados, domingos,
y ahí aflojo para no joderlo a Pittana que ya viajó al Mundial, jaja.
¿Cuán importante fue tu familia en todo esto?
Todo y más. Tanto Demián y su
señora que se vino de raje de México, como Alan. Fueron pilares fundamentales
junto a Alicia. Todos ellos más los de sangre, pero también existió la familia
del corazón. No pensé que teníamos tanta gente amiga, mis hijos se transformaron
en papá de su papá, osea yo. Dios me dio la bendición de tener los hijos y la
familia que tengo.
¿Te gustaría agregar algo más?
Agradecer a Diario Stampa por
informarnos de todo el que hacer comunitario, poniéndonos al día de la
actualidad deportiva, nacional e internacional. Y principalmente que cuando
camine por la calle digan ahí va un buen tipo.
Muchísimas gracias Ricky y mucha suerte…
El agradecido soy yo por el honor
que me das, por los años de conocimiento, de respeto, y principalmente por la humildad
que demostrás siendo periodista.
Por Jonathan Steingard.
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