La jugadora de la Sexta de Hebraica, Maru Kleiner, se consagró con el premio de Promesa en la fiesta de hockey y como tal, se entusiasma con convertirse en realidad: “Espero poder tener el placer de jugar con las chicas de la Primera”. El futuro está asegurado.
¿Cuando llegaste a la fiesta de hockey de Hebraica, pensaste que podías ganar el premio a la Promesa?
Sinceramente no, no me lo esperaba. En todas las categorías hay chicas de muy buen nivel y podía haber sido para cualquiera.
¿Cuáles fueron tus sensaciones luego de que te dieron el reconocimiento?
¿Cuáles fueron tus sensaciones luego de que te dieron el reconocimiento?
Me puse muy contenta, no podía creerlo. Desde que juego en Hebraica, éste fue el mejor año que tuve, personalmente como jugadora crecí muchísimo y espero poder seguir haciéndolo. Estoy muy feliz por el premio, es un reconocimiento muy lindo y me genera más ganas de seguir entrenando para poder superarme.
¿A quien te gustaría agradecer o dedicárselo?
Primero les quiero agradecer a mis técnicos porque todo lo aprendo de ellos, entrenamiento a entrenamiento. A mis compañeras, que siempre me bancan y de ellas aprendo también, y a mi familia por el apoyo incondicional.
¿En cuanto tiempo crees que dejarás de ser promesa para pasar a ser realidad? ¿En cuanto te ves en la Primera?
Y no sé. A mí me queda un año más de Sexta y dos en Quinta todavía, que los voy a aprovechar mucho para seguir aprendiendo y formándome como jugadora. Espero poder tener el placer de jugar en la Primera, siempre que las veo sueño con estar ahí algún día.
Y no sé. A mí me queda un año más de Sexta y dos en Quinta todavía, que los voy a aprovechar mucho para seguir aprendiendo y formándome como jugadora. Espero poder tener el placer de jugar en la Primera, siempre que las veo sueño con estar ahí algún día.
¿Qué balance haces del año deportivo de Hebraica?
Fue un año increíble, hubo muchas alegrías. Fue un año en el cual todas las chicas aprendimos mucho, no sólo buscando logros si no formándonos como jugadoras, de cara al futuro. Se obtuvieron muchos campeonatos (5ta, Intermedia y el ascenso de la Primera) que hacen motivarnos a las más chicas. Sumado a que ahora tenemos la cancha nueva y pasamos a otra tira, de césped a sintético, continuamos este proyecto a futuro, de algún día poder llegar con el club a la categoría máxima. La clave está en seguir entrenando y mantener el compromiso que tuvimos hasta ahora.
¿Te gustaría agregar algo más?
Si, también les quería agradecer a las chicas de Quinta y Mayores, que me apoyan constantemente y son un ejemplo a seguir. Siempre que tuve la oportunidad de jugar con ellas me sentí muy cómoda y me dieron una mano. El hockey de Hebraica es una gran familia, como decimos nosotras.
Por Jonathan Steingard.
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