martes, 24 de julio de 2012

“Me encantaría poder participar en Israel 2013”


En el Campeonato Argentino realizado esta semana en San Juan, entrevistamos al mejor jugador argentino de todos los tiempos. Pablo Tabachnik contó que le gustaría ir a Israel y agregó que “jugar los Juegos Olímpicos es algo increíble”. Entrá a esta nota y entérate de toda su carrera deportiva.

¿Cómo fueron tus inicios en el tenis de mesa?  ¿A qué edad?  ¿Dónde?
Fueron en San Juan, por supuesto. Empecé en el deporte recién cumplidos los 11 años, un tiempo antes jugaba en el negocio de mi abuelo, que era un lugar de venta de maderas. Mi papá tenía una mesa hace un tiempo, y jugábamos ahí con los empleados del negocio y con mi familia. De ahí fui al Club Estrella, donde se jugó toda la vida al tenis de mesa acá en San Juan. Empecé a tomar clases recreativas y jugué unos torneitos, me fue más o menos bien. Arranqué de casualidad, nunca fue una idea jugar al tenis de mesa. Al año siguiente jugué el Nacional y me fue dentro de todo bien, y de ahí ya me fui quedando.
¿Te acordás de tu primer torneo?
Sí, me acuerdo que jugué en el Club Estrella mi primer torneo en Segunda Categoría. Después me acuerdo de mi primer Nacional que fue en Mendoza, tengo recuerdos de los primeros torneos y algunos de más adelante.
¿Cuándo te diste cuenta que te apasionaba el tenis de mesa y querías dedicarte a esto?
Yo creo que a principios del año 93, cuando yo tenía 14 años, había clasificado a mi segundo Torneo Sudamericano, mi primero había sido en el 91, cuando yo tenía 12. Ya iba bastante bien, pero no sabía que era más apasionado al deporte. En el 93 ya empecé a jugar mucho más fuerte, a jugar mayores, me iba bien, empecé a viajar. Después vino el proceso anterior a los Juegos Panamericanos en el año 94 y 95 que yo tenía 16 años, y ahí fue cuando me decidí que era esto a lo que me quería dedicar.
Mirando hacia atrás, si tuvieras que señalar un momento que haya sido decisivo o bisagra en tu carrera deportiva, ¿Cuál sería?
Seguramente yo marco un punto que fue un viaje a Brasil por entrenamiento que me ayudó mucho a cambiar las ideas, pero principalmente en el año 91 y 93 realicé entrenamientos en Mendoza con “Quito” González. Yo creo que ahí es cuando pegué un salto muy importante.
Con el tenis de mesa tuviste la posibilidad de recorrer muchos lugares, tanto para competir como para entrenar.  ¿En qué países estuviste?  ¿Cuáles fueron los que más te gustaron? ¿Por qué?
Estuve en muchos lugares, en más de 30 países. Muchos de Asia y muchos de América.  Me gustó mucho Singapur, me pareció muy ordenado, muy distinto a lo que yo me imaginaba. Pero sin dudas también lugares lindos que me han marcado a mi fueron Australia y Canadá que eran muy similares, muy ordenados, mucha inmigración y muy divertida la gente. También había mucha gente de distintas religiones, de distintas costumbres, un mix que lo hace bastante divertido y entretenido. Y después obviamente me he ido muchas veces a Cuba, me gusta mucho la gente de Cuba, siempre están de buen humor, son muy generosos, muy divertidos, y sobre todo muy solidarios.
Tuviste la oportunidad de competir en Sidney '00, Atenas '04 y Beijing '08. ¿Cómo es la experiencia de participar en un Juego Olímpico?
La verdad que es increíble, porque las ciudades se transforman, la gente se transforma, el pueblo se transforma y porque vos sos protagonista de lo que está pasando, del evento deportivo más importante que hay en el mundo. Lo que está muy bueno es que a todos los deportistas nos tratan por igual, es algo mágico, único.
En la actualidad, pero no sólo ahora sino desde hace bastante tiempo, se da la particularidad de que a pesar de la escasa población judía en relación al total de la población del país, en el tenis de mesa siempre suelen haber varios jugadores de la colectividad en los primeros puestos nacionales e incluso en la selección nacional.  ¿Por qué pensás que ocurre esto?  ¿Crees que existe alguna explicación en particular?
No, la verdad que como explicación es que está el hecho de hacer deporte dentro de la Comunidad y sobre todo el tenis de mesa, que tiene tradición, como en Hebraica en su momento. Y la verdad que si se sigue manteniendo esto es fantástico, no es que haya una particularidad con el tenis de mesa, sino que es en todos los deportes. Se trabajó muy bien y hoy da sus frutos.
¿Cuánto pensás que te queda de carrera en el tenis de mesa?
La verdad que no se, hoy pienso en lo que viene, pienso a corto plazo. Sé que este año lo termino jugando y que el año que viene seguramente lo empiezo jugando. No quedarán 10 años de carrera, voy viendo cada año mis cuestiones personales, en qué nivel estoy, etcétera.

Por Matías Waldszan.

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