lunes, 2 de mayo de 2011

Trabajar con los mas chicos

¡Cuidado con el trabajo de los más pequeños!

Los chicos no son adultos en miniatura

Muchas veces vemos a chicos de 8, 9, 10 y 11 años entrenando y compitiendo como si fuesen jugadores adultos en miniatura, con sus mismos ejercicios, sus mismas intensidades de trabajo y como si fuera poco con sus mismas presiones y obligaciones.
En muchas ocasiones quienes están a cargo de estas categorías NO tienen ningún tipo de capacitación en esta área y simplemente por un paso glorioso como deportista y “por darle una mano” se los pone en el club a manejar a las categorías “de los chiquitos”.
Desde acá advertimos que el trabajo con los más pequeños debe ser tomado con la mayor seriedad y el mayor profesionalismo posible.
En esta etapa, de vital importancia para la formación del ser humano y del futuro deportista, deben tomarse en cuenta una gran cantidad de medidas fundamentales, aquí compartimos con ustedes algunas que consideramos básicas y que no podemos dejar de tener en cuenta:
  • Poner siempre a trabajar con los chicos profesionales capacitados, formados y especializados en esta área.
  • Adaptar siempre las canchas, pelotas, arcos, material deportivo etc.
  • Priorizar enfáticamente el desarrollo técnico y la coordinación de movimientos por sobre otros aspectos que se trabajarán más adelante como el desarrollo táctico.
  • Mantener a los chicos en permanente contacto con el balón. Realizar siempre trabajos con pelota.
  • Dejar de lado las palabras como obligaciones, presión, ganar, campeón, tabla de posiciones, y reemplazarlas por jugar, divertirse, compartir, aprender, disfrutar.
  • Explicar claramente estos conceptos a los padres en una reunión previa al desarrollo de la actividad y sumarlos a ellos a desarrollar estos contenidos con los chicos.
Seguramente, trabajando estos conceptos sumamente básicos y simples, veremos a los chicos jugar lúdicamente y desarrollarse con placer a través del deporte como debe ser en el período de desarrollo en el que se encuentran.

Por Sebastian Scoch.

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