lunes, 14 de noviembre de 2011

Crónica de un ascenso


La joven mediocampista de Cissab, Micaela Schusterman, relata de manera emocionante como vivió ella el segundo y último partido del repechaje por el ascenso a la A de hockey natural. Cuenta lo sucedido en el 1 a 1 de ayer frente a Lomas donde el equipo logró ascender en el último segundo del encuentro y dio cátedra de amor a la camiseta.

Tarea del día: explicar a quienes no vinieron lo vivido el día de la fecha. 
¿Cómo puedo empezar a responder esta consigna? ¿Decirles que fue un partido peleado hasta el último segundo? No alcanza. ¿Decirles que 16 jugadoras dejaron hasta su última gota de aliento en la cancha? Tampoco. ¿Hablarles de la hinchada, de las muchas gargantas que quedaron en Moreno? Quizás... ¿Cómo poder explicarles a los que no vinieron que este joven equipo ascendió sufriendo hasta el último segundo del partido?

En una mañana hermosa, las chicas de Tristán Suárez se juntaban antes del partido para comenzar con los preparativos. Entre risas y nervios, comenzaba la charla del técnico comentando algunos detalles de cómo se iba a jugar, pero ya no había mucho que decir, había que hacer lo que cada una sabe. Tres años entrenando para hoy.
La entrada en calor se hace como de costumbre, con las escaleras del PF y los conitos tan naranjas como nuestras medias. Llega la hinchada. Cuelgan las banderas. Se escucha el redoblante. El equipo forma y el árbitro da comienzo al partido.
Jugadas claras para los dos lados pero que no terminan dentro de ningún arco. El conjunto de Lomas de Zamora tiene cortos a favor defendidos de manera impecable por las defensoras naranjas. Jugadas de nuestras delanteras animan al conjunto naranja pero la defensa contraria supo resolverlas.
Termina el primer tiempo. Ambos equipos se reúnen. La Naranja sabe que el team contrario va a salir a buscar el partido. Pero no se achica.
Comienza el segundo tiempo, la hinchada enloquece. Idas y vueltas, la bocha no se quedaba quieta. En una jugada dudosa, a los 15 minutos, el equipo contrario convierte lo que sería el único gol de la tarde. La naranja perdía. Se dilapidaba la posibilidad de ascender y cumplir su sueño. La hinchada intenta por todos los medios animar al equipo pero las jugadoras estaban quebradas. Adentro y afuera de la cancha. 
Faltan 10 minutos para finalizar el encuentro. Las chicas de Cissab sienten que el partido se les va de las manos. Corren con lo que no tienen. Recuperan la bocha e intentan como pueden hacerla llegar al área contraria para convertir su gol. Pero no queda nada. Ya termina. Sin más aire, se termina el entusiasmo, se le va la voz a la hinchada. Cissab pierde. 
Corto. Quedan 30 segundos. El entrenador se juega a todo o nada. Las 10 jugadoras al borde del área. Última jugada. Últimos segundos. Se termina. Nervios. Presión. Se nos iba.
Una buena servida, una gran pegada que se levanta en el palo de la corredora contraria le da una chance más a Cissab de convertir el gol que le daría el ascenso. Córner corto nuevamente. 10 contra 4. Gira la bocha, la hinchada se desborda, la 9 la frena y remata. Última pegada del partido, se definía: entraba o se iba. La Naranja seguía en desventaja. La bocha sale disparada. Entra al arco. El réferi cobra el gol pero la entrenadora contraria entra a la cancha a gritos desaforados intentando invalidarlo. Las jugadoras estaban confundidas. La hinchada se rompe, corre a abrazar a las chicas y solo en ese momento reaccionan que el partido había terminado.
Cissab había ascendido. Las jugadoras  tenían ganas de gritar pero no podían. No las dejaba la emoción,  se inundan los ojos de lágrimas y la garganta se hace un nudo.
Solamente el apoyo de la hinchada da la fuerzas a las chicas para salir a festejar, las categorías menores festejan como si hubieran jugado y con justa razón. Este logro es por y para ellas. Aplausos, espuma, champagne, regalos, todo era fiesta para el conjunto naranja. Nadie lo podía creer, Cissab había conseguido su objetivo: ¡Cissab es de la A!

Este día no fue solamente ascender. Fue sentir la camiseta que llevamos adentro desde la cuna, donde los corazones de las jugadoras naranjas latieron en uno solo. Hoy la historia en el hockey de Cissab cambia de rumbo. Cissab no se achica, Cissab no se conforma con torneos intercountries. Cissab quiere más y puede más. Cissab tiene el potencial necesario y lo que pasó hoy es gracias al esfuerzo de muchos: de las jugadoras, del cuerpo técnico, de los padres, de la hinchada, de los directivos que nos permitieron desarrollar este hermoso deporte en el club en el que nos criamos. ¡A todos ellos muchas gracias!  ¡Que orgullo ser parte de todo esto!

Hice la tarea lo mejor que pude, no creo llegar al 10. Todavía no encuentro las palabras exactas para contar lo que viví hoy.

Por Micaela Schusterman.

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